viernes, 8 de marzo de 2013

84: Evoken - Atra Mors (2012, Profound Lore Records)

01 - Atra Mors (11:54)
02 - Descent Into Chaotic Dream (11:14)
03 - A Tenebrous Vision (2:19)
04 - Grim Eloquence (9:40)
05 - An Extrinsic Divide (10:11)
06 - Requies Aeterna (1:59)
07 - The Unechoing Dread (9:47)
08 - Into Aphotic Devastation (10:07)

Tras un mes faltando a mi cita de cada viernes por falta de tiempo vuelvo a estar entre vosotros y lo hago con el que posiblemente sea el grupo americano más aclamado de la escena doom metal. Normalmente atendiendo al sonido (la procedencia ya no tiene tanta importancia como antes) del grupo en concreto se puede hablar de un sonido más europeo o más americano. Pues bien, aunque los protagonistas de hoy procedan de Nueva Jersey poca gente estará en desacuerdo al decir que tienen un sonido muy europeo. Formados en 2002 bajo el nombre de Funereus, en 1994 se cambiaron al nombre actual y no les costó mucho esfuerzo convertirse en una de las figuras más reprensentativas del funeral doom, no en vano le deben su nombre actual al título de una canción de los igualmente influyentes Thergothon. Como suele suceder dentro de los grupos de doom metal, Evoken también prefieren tomarse su tiempo a la hora de editar discos, razón por la cual en sus ya más de veinte años de carrera hayan editado tan sólo cinco discos (como siempre obvio demos, directos, recopilatorios y demás): Embrace The Emptiness en 1998, Quietus en 2001, Antithesis Of Light en 2005, A Caress Of The Void en 2007 y Atra Mors en 2012.

Formación actual:

John Paradiso - Voces y guitarras
Chris Molinari - Guitarras
David Wagner - Bajo
Vince Verkay - Batería
Don Zaros - Teclados

Si hay algo llamativo en el nuevo disco de Evoken esta es la inusitada importancia que cobran aquí los teclados, ya que en A Caress Of The Void apenas aparecían y en el resto de discos tienen un papel secundario y atmosférico. Atra Mors es la primera piedra de toque e inicia de forma muy ambiental con samplers de viento, unos espectrales teclados y la batería que entra con pies de plomo hasta que una vez transcurrido un tercio entra la voz. Es entonces cuando se advierte el ya citado nuevo protagonismo de los teclados, ya que aunque no suenen continuamente cuando lo hacen se hacen notar con mayor nitidez que antes. Descent Into Chaotic Dream transita por derroteros similares con la salvedad de que aquí es la voz limpia medio susurrada típica de estos grupos la que campa a sus anchas, en contraposición a los abismales guturales del corte anterior (que aquí no aparecen hasta pasada la segunda mitad) y que las mórbidas notas de un chelo aparecen en algunos pasajes para realzar la atmósfera. Precisamente cuando aparecen los guturales la música pasa a adquirir más velocidad y potencia. El primer de los dos interludios del disco lo encontramos en A Tenebrous Vision, en la que un solitario piano se encarga de conducirnos hacia el siguiente tramo del disco, iniciado con Grim Eloquence la cual mezcla con un buen gusto exquísito una batería y unos guturales (una vez pasado el ecuador del corte hay una parte en la que éstas se alternan con unos lánguidos susurros) poderosos con unos eficientes teclados que incluso se atreven con unos toques electrónicos usados de una forma descorazonadora. Y por encima de todo unas excelsas guitarras que coronan a la perfección el tema, sobre en esa parte final en la que aparecen reverberadas. An Extrinsic Divide a pesar de su comienzo acústico es un torbellino, realmente es el corte menos típicamente funeral del disco ya que más bien se trata de un cañonazo de doom-death al estilo de los primerizos My Dying Bride pero sin abandonar el sonido que les caracteriza. El segundo interludio es Requies Aeterna y en este caso los únicos elementos que aparecen son una acústica en primer plano respaldada por el chelo, de ahí pasamos a The Unechoing Dread haciendo gala de un gran dinamismo al alternarse continuamente las guturales y los susurros, también pasamos frecuentemente de pasajes puramente guitarreros a otros dominados por las acústicas o con los teclados en primer plano; incluso tenemos un tramo donde el bajo y la batería se erigen como los absolutos protagonistas. Como broche final tenemos Into Aphotic Devastation donde una vez más dan un gran ejemplo de darle más peso a los teclados integrándolos perfectamente en el sonido y sin dejar de sonar a ellos mismos. Personalmente y aunque me gustan mucho sus discos anteriores me gustaría que los americanos siguiesen explorando la senda que han abierto en este disco y que da lugar a un sonido más rico, detallado y denso.

Withering inside
within these final moments
torn from my feeble gaze
are the visions of what were to be
A merciless chill within these incessant winds
embraces this already blackened spirit
cursed, and lost in it's own aridity
Loathing, and shattered by disbelief
Nightfall shall be perpetual, poignant as it declares
in the distance, a bell - harbinger of demise
Only it's disillusioned chime
can awake me from this nightmare

A soundless realm, an unforgiving place where time seems endless.
Its creation concealed; its myth an unparalleled wonder.
Light cannot escape the sole purpose of ultimate obliteration.
Bending, swirling; a senseless storm which has no rival.
Shown as the bereavement of gods, the foundation of matter shall crack.
Worlds shall never go unscathed within its fabric of unrelenting punishment.

Mankind's burden to bear within the age to bring hell upon heaven

Anthology of the coiled reality, damned to inherit the blessed.
It is not the sick verse of immortality, but the conflict of belief.

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